Las Grandes Guerras

El continente de Sidhe se ha visto afectado por numerosas guerras a lo largo de su historia, las más recientes protagonizadas por los dragones grises, en su lucha por dominar todo el continente, y los alfar, decididos a defenderlo. A lo largo del cómic oirás acerca de las siguientes:

La Purga

Más una masacre que una guerra, una lid perdida en el tiempo cuando los dioses llegaron al mundo y masacraron y esclavizaron a sus habitantes originales, los utukû o vacuos.

Los Arundar masacraron a los antiguos habitantes del mundo.

La Guerra de los Cielos

Una guerra entre mortales y dioses, donde se estuvo a punto de destruir la creación. El panteón Arundar se vio bastante mermado y Mold acabó siendo el rey de todos ellos. Nirûr acabó encarcelado por sus crímenes. La isla de Arunor se retiró del mundo y la Gema de Deneb se fragmentó. La comunicación con los Arundar se cortó en casi todo el mundo.

Casi todo lo que se sabe de ella mezcla parte de verdad con una fuerte tradición oral que ha distorsionado los hechos hasta el punto que los estudiosos, de no tener constatada la existencia de los Arundar, consideraría ficción. En esta guerra fue cuando Puck acabó con miles de Sidhe bajo las órdenes de su señor, que en los textos antiguos era Nirûr.

War of the Heavens - Puck

La Gran Guerra

El primero de los conflictos entre dragones y alfar, y su origen es tan antiguo como el tiempo.

Al final de esta guerra, los dragones grises perdieron la capacidad de tomar su forma verdadera y tuvieron que jurar permanecer en su forma inferior bajo pena de muerte (su sacramentum se encargaría de ello). Con el paso del tiempo, volver a la forma verdadera se volvería cada vez más difícil; hasta permanecer en ella era doloroso.

The Great War

La Segunda Gran Guerra

Aconteció mucho después, por iniciativa de los dragones grises. Este conflicto se centró en las zonas alrededor de Helios, ya que los dragones se estaban quedando sin espacio, tras un primer ataque fallido que llevó a una masacre. Tras la primera derrota, la guerra continuó hacia el Norte, en Servalia, conquistándola; después a Riga, y se desplazó al bosque de los alfar, durando siglos en una agotadora guerra de guerrillas.

La última líder de los dockalfar, Eikasía, unió a todos los alfar bajo su estandarte y se enfrentó a los dragones, recuperando gran parte del Bosque. Los dragones, bajo el mandato de Venux Bellatrix Orionis, acabaron derrotándolos y dejando la población alfar bajo mínimos.

Aun habiendo zonas bajo el dominio de los dragones y pagando tributos, no se ha llegado a un acuerdo de quién realmente ganó con esta guerra.

The Second Great War

La Guerra de las Gemas

La última de las grandes guerras, aunque más corta en duración, supuso la vuelta de los Arundar a los tejemanejes de esta tierra. La Suma Sacerdotisa de Vesfalian, liderando una guerra santa, se propuso conquistar todo el continente. Un grupo de héroes, encabezados por la hija mortal de la arundi lunar, recogió los fragmentos de la Gema de Deneb y los reunió, y tras ello destruyó la gema gemela de Nirûr, asegurando la puerta de su prisión.

Durante el conflicto a los Dragones Grises se les permitió volver a recuperar su forma superior a placer para ayudar en la guerra, pero ya habían menguado y eran más estables en su forma inferior.

The War of Gems

La Guerra de los Soles

Todo comenzó con Saiph, el hijo de la reina Bellatrix, que animado por sus consejeros se propuso terminar de conquistar y someter a los alfar. De forma abrupta los Mariscales se rebelaron contra el rey, atentando dos veces contra su vida de forma fallida. A la tercera lograron destronarlo, pero como consecuencia los involucrados fueron desterrados… la situación ahora en Helios es bastante inestable, con un consejo provisional lidiando como puede entre las grandes familias.

The War of Suns

La cacería

A día de hoy, tras la desaparición de la princesa liosalfar maldita por Deneb, los reinos de los alfar están en guerra, intentando encontrarla bajo la presión que causa la hambruna. Los reinos están poco a poco quedando en la ruina, fruto del fervor frenético de los alfar, malditos a devorarse a sí mismos si no la devuelven a la diosa.